No, no, al contrario, está muy bien. Sacar la sortija no tiene nada de malo. La
gente te aplaude, te ganás otra vuelta y todos felices.
El único problema es que si
te la pasás buscando eso y no disfrutás el paseo puede ser que al final te
quedes sin chicha y sin limonada. O, en el mejor de los casos, que tengas que
gastarte el premio en hacer lo mismo que podrías haber hecho la primera vez,
antes y mejor.
La segunda vuelta siempre es un poco más amarga.