Dos cositas nomás:
Una: pretender ser el “más algo” del mundo no es una meta muy
interesante, aún si ese “algo” es bueno. Partiendo de la base que alguien tiene
que ocupar ese lugar indefectiblemente (no puede quedar
vacante) podemos decir que es más o menos como sacar la sortija, un esfuerzo
por ser protagonista de lo que ya sabemos que va a suceder, sólo que no sabemos a quién. Ni bueno ni malo, inevitable
e intrascendente.
Dos: si te caés de una escalera es un accidente, si te
empujan no. Mismo golpe, misma consecuencia; otra historia, otras palabras.
Eso es todo. Buenas tardes, y que gane el mejor.
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