
Volviendo al tema, parece que, si bien las políticas
actuales están enfocadas en esa dirección, la cosa viene un poco lenta y
todavía no se ven los resultados deseados.
Así que les traigo otra sugerencia para acelerar un poco el
proceso: en vez de empobrecer a la gente y comérsela, enriquezcámoslos y que se
coman entre ellos.
Siguiendo la teoría riquelmeana de que uno muestra quién es
realmente cuando tiene un mango en el bolsillo, hagamos a todos ricos así
sacamos lo peor de cada uno y depuramos la especie, evitamos la superpoblación,
mejoramos el medio ambiente y otros beneficios colaterales. Todo en un marco de
glamour y abundancia.
Sale caro, pero garantiza resultados inmediatos, así que la
inversión se recupera rápido y se reparte entre los pocos que quedan.
De nada.
De nada.