Cuando la cosa no va,
no va. Y listo. Es al pedo rempujar, decía el gaucho.
El tema es que chuparse esa mandarina a esta altura es
prácticamente imposible. Más en estos tiempos de corrección
política y redes sociales que nos pretenden hacer creer que tenemos que estar de acuerdo en
todo.
El arreglo tácito dice que somos todos buenos, solidarios, comprometidos y el que diga lo contrario es un inadaptado o algo peor. La discordancia es insoportable, parece que la única forma aceptada de interacción social es el consenso.
El arreglo tácito dice que somos todos buenos, solidarios, comprometidos y el que diga lo contrario es un inadaptado o algo peor. La discordancia es insoportable, parece que la única forma aceptada de interacción social es el consenso.
Podría ser un sistema viable si no fuera porque la tensión
entre lo que pretendemos y lo que finalmente resulta sólo puede resolverse en
violencia.
Hay que decir que tiene cierta lógica práctica: es más fácil
odiar al otro que aceptar algo que no entendemos. La incertidumbre es más
insoportable que la discordancia.
El problema, en realidad, es que no somos lo que queremos. Es
lo que hay.
Algo de ésto dijo la celebridad que es Borges (Graciela): No soy buena porque quiero ser buena nomás. Soy buena porque necesito mucho que me quieran.
ResponderBorrarMi Borges favorito es el que estaba con Alvarez. Ese si era bueno.
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