Alguien tenía que decirlo: es tiempo de hablar claro, poner
blanco sobre negro, decir las cosas de frente. No callarse, levantar la voz
para llevar a todos el ineludible mensaje que durante tanto tiempo fue abyectamente
oculto y relegado. No dejar que la retórica vacía nos confunda, que viles
operadores de oscuros intereses nos arrastren a cenagosos pantanos de turbia grandilocuencia,
a intrincados laberintos de rimbombante ampulosidad. Basta de enmarañados
discursos repletos de absurdos e incongruentes
adjetivos que solo sirven para ocultar ominosamente la lúgubre y fatídica carencia
de ideas claras, frescas y transparentes. Terminemos con la prepotencia fútil
de inflamadas y pretenciosas declamaciones que pretenden alzarse como absolutas
verdades incuestionables pero sólo logran empañar e invisibilizar el genuino e
incontestable centro fundamental de nuestro más urgente, elemental e insoslayable reclamo.
Alguien tenía que decirlo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario